2024

Los obstáculos suelen ser imperceptibles para uno mismo

Las personas que hace años que se trabajan a sí mismas, saben de la complejidad que supone conocerse en profundidad.

Porque hay tantas capas y niveles en el ser, que pasa mucho tiempo hasta que se llega al núcleo real de la conciencia.

La propia autoimagen, por lo tanto, está fundamentada en una apariencia que no suele estar 100% ajustada con la realidad, ya que está condicionada por las experiencias vividas en los primeros años de vida.

En la edad adulta esa autoimagen creada en la infancia, empieza a entrar en conflicto con la conciencia más esencial, es decir, la persona sufre una «crisis existencial».

La primera fase del proceso, es relativamente fácil, ya que suele ser de limpieza o liberación de cargas del pasado.

La siguiente fase es la más delicada, ya que nos topamos con la coraza más dura de atravesar, el ego.

Ahí es donde están todos esos obstáculos que son imperceptibles para uno mismo y que sólo se pueden desenmascarar, a través de un profundo proceso asistencial.

La sorpresa viene cuando nos damos cuenta de que, en realidad, vivimos en una gran inconciencia de lo que somos.
A veces es una inconciencia que sostiene un ego muy hinchado, a veces es al revés.

La dificultad de estos procesos, los convierte a su vez en algo apasionante.

Tanto en sus fases bonitas como en sus fases más conflictivas…por lo que no hay nada mas bello que conocerse a uno mismo desde la más completa humildad y apertura.