El exceso de energía emocional, es uno de los principales suministros energéticos para los entes y las conciencias extrafísicas que habitan en las dimensiones astrales.
Las emociones que más alimento les aportan son el miedo, el enfado y la tristeza.
El sufrimiento también genera un tipo de energía densa que algunas entidades aprovechan muy bien para su propio mantenimiento.
Y esto es así porque 3a y 4a dimensión están muy conectadas, ya que todo lo que ocurre en 3D, tiene repercusión directa en 4D y viceversa.
Cuando la persona va incrementando su nivel de conciencia, se da cuenta de que para preservar su energía vital, tiene que hacerse cargo de su salud física, mental, emocional y energética.
Y conseguir que las emociones no desborden el equilibrio interno, es uno de los propósitos más difíciles de realizar.
Porque el cerebro humano es muy vulnerable y está muy intervenido para que se mantenga en un estado de estrés y sufrimiento permanente.
Lo que hay que hacer ante esta difícil realidad es realizar una práctica diaria que mantenga nuestro sistema emocional estable, para que después se pueda acceder a estados más profundos de conciencia y percepción.
Si sólo se viven las emociones, sólo se experimentará también una muy pequeña parte de todo lo que existe realmente, ya que hay un universo conciencial y energético que está mucho más allá de la mente emocional.