El objetivo último de estas sesiones de terapia energética, además de equilibrar, limpiar, alinear y elevar el cuerpo energético, es el de poder salir de todo el atrapamiento energético que nos mantiene atados en esta realidad de sufrimiento de tercera dimensión. En el plano 3D, como todas las experiencias son duales, es decir, las vivimos como si estuvieran fuera de nosotros mismos, se activan toda una serie de mecanismos mentales que nos hacen reaccionar, apegarnos o separarnos de lo que consideramos que existe ahí fuera. En esta realidad dual, siempre hay algo que conseguir, abandonar, realizar, ganar o evitar, y eso nos hace entrar en muchas ocasiones, en un bucle mental-emocional de sufrimiento del que a veces no se sale jamás. A través de las sesiones, la persona empieza a liberarse de todas las ataduras energéticas que distorsionan y desvían la percepción de la realidad y empieza a reconocer a su conciencia propia, que es la que va guiando en este proceso de finalización de la experiencia de sufrimiento 3D.