Una vez nos desprendemos de todas las cargas emocionales, condicionamientos antiguos, programas erróneos mentales e interferencias energéticas, podemos empezar a experimentar los estados más elevados del cuerpo energético sutil. Cuando vivimos desde esa frecuencia, la vida cotidiana se convierte en una realidad viva, dinámica y creativa. Sólo así podremos mantenernos en un nivel óptimo de energía y los proyectos propios podrán llegar a materializarse de forma rápida y efectiva.