El sufrimiento es una de las causas principales de la disminución progresiva de la energía vital.
Según la filosofía budista que estudié durante 15 años, el ser humano sufre debido a que ignora cuál es su verdadera naturaleza, es decir, no reconoce que tiene una conciencia que va más allá de los límites del cuerpo y de la mente.
Debido a esa ignorancia y como vive en una realidad sólo mental, se ve inmerso en un mar de emociones, que van fluctuando constantemente en función de las circunstancias externas. Depende totalmente de lo que pase fuera.
Ésto provoca mucho sufrimiento, también por un miedo existencial a la muerte y a la transitoriedad de la propia vida.

Para salir de ese sufrimiento, sólo hay un camino: conectar con la conciencia, que es de naturaleza infinita y multidimensional.
Éste es un largo proceso, ya que los niveles de ignorancia que mantienen a la conciencia dormida, son muchos.
El trabajo con las energías, es un acelerador de este proceso, ya que nos ofrece el soporte energético necesario para ir limpiando y liberando capa por capa, todos los niveles de ignorancia.
El momento en el que estamos actualmente debido a la subida vibracional planetaria, es un gran facilitador también, puesto que esta mayor vibración ayuda a entrar en niveles cada vez más sutiles, que son los que muestran realmente el estado de la conciencia.
Desde mi punto de vista, el sentido de la existencia es únicamente éste: adquirir cada vez mayor sabiduría y recuperar los niveles internos dormidos, atrapados o hipnotizados.