La irrupción de la tecnología en nuestras vidas, está teniendo cada vez más presencia e importancia, hasta el punto de no poder imaginarnos en estos momentos, nuestra realidad cotidiana sin estar vinculados al mundo virtual. A pesar de que claramente, la intromisión tecnológica tiene su parte positiva, no debemos olvidar la parte oculta que hay detrás de todos estos avances.
Desde el punto de vista del cuerpo energético, el principal peligro está en que la simbiosis entre nosotros mismos y la tecnología sea de tal envergadura, que nuestra propia energía vaya poco a poco diluyéndose hasta el punto de perder nuestra esencia e identidad. La tecnología utilizada sin inteligencia, puede absorber toda nuestra atención y energía vital, además de provocar cambios en el comportamiento, como el aislamiento social y las conductas repetitivas o compulsivas.
Para evitar que la entrada de la tecnología en la vida cotidiana se nos escape de las manos, es necesario tener claros los límites y no permitir que el ser humano se convierta en un esclavo de la tecnología, sino que sea su voluntad la que gobierne en todo momento. Es primordial también, la toma de conciencia de la afectación de esta nueva realidad en los niños y adolescentes para evitar que sean los más dañados de este modelo social que se quiere imponer cada vez más. Si le damos el permiso a la predominancia de la tecnología sobre la voluntad humana, lo que pueda pasar en un futuro dejará de estar en nuestro poder.