La postura energética es una réplica exacta de la postura física. Manifiesta la organización de la energía sutil, junto con toda la información almacenada a lo largo del tiempo. También es donde se adhieren las energías densas provenientes del exterior. Es por este motivo, que es de crucial importancia no sólo cuidar la postura del cuerpo físico, sino incorporar la conciencia acerca de en qué estado se encuentra nuestra postura energética sutil.

Claves para evitar una postura energética encorvada o colapsada:
- Tomar conciencia primero de la propia postura corporal: aprender a percibir el cuerpo y aumentar la conciencia de él, es el primer paso antes de empezar a comprender dinámicas internas más profundas y complejas. Para ello, las terapias corporales que van orientadas a ese objetivo, son el camino para generar esa conciencia del cuerpo tan fundamental para mejorar el propio bienestar.
- Tomar conciencia de la postura energética sutil: una vez hemos aprendido a percibir el cuerpo físico, podemos profundizar y empezar a tomar conciencia de la energía vital interna. Para ello, es necesario que la capacidad de mantener la atención y el foco en uno mismo sea óptima, puesto que captar la energía sutil, es más difícil que captar sensaciones del cuerpo físico. También es necesario conocer las distintas regiones del cuerpo energético, puesto que ésto ayudará a diferenciar el estado de la postura energética en cada una de estas regiones.
- Aprender a identificar qué hábitos afectan a la propia postura energética: cuando es posible percibir la energía sutil, automáticamente podemos percibir también qué le está repercutiendo y qué no. Algunos ejemplos de hábitos que perjudican la postura energética, tienen que ver con hábitos que también afectan al cuerpo físico como, por ejemplo, estar sentado demasiadas horas, no hacer actividad física, consumir sustancias tóxicas o estar expuesto constantemente a gran cantidad de radiaciones electromagnéticas. Estas repercusiones se podrán sentir en forma de peso, cambios en la alineación del cuerpo, dolor, bajones de energía, bostezos, eructos, tos, etc.
- Detectar qué relaciones personales tienen una repercusión directa en la propia postura energética: las relaciones personales son uno de los temas fundamentales para investigar las dinámicas inconscientes propias y las de los demás. Nos aportan gran cantidad de señales e información que no se pueden percibir a través de la mente cognitiva. Por lo tanto, si se quiere tener un nivel de energía óptimo, es necesario investigar qué tipo de relaciones se tienen y cómo uno se relaciona con los demás, para así descubrir los patrones de relación inconscientes, que pudieran estar drenando la energía propia o la de los demás. La autonomía energética (no necesitar absorber o ser absorbido por otros), es un estado interno a realizar si se quiere cuidar y preservar la propia salud.

- Si se tienen relaciones personales que dañan la energía, hacer los cambios correspondientes para que eso no ocurra, como son el poner límites: a veces las intenciones inconscientes de las personas al relacionarse, tienen que ver con traumas que hayan podido tener en el pasado, con lo que necesitan compensar esas heridas, a través de su forma de interactuar con los demás. Por este motivo, es imprescindible tomar conciencia de las dinámicas energéticas sutiles, para que, en el caso de que haya una afectación negativa, se puedan poner límites saludables que ayuden a proteger la energía vital. También es importante investigar si, por el contrario, es la propia persona quien está dañando a otros a través de sus acciones inconscientes energéticas. La clave de tener relaciones personales saludables está en la autoconciencia, el respeto y la autonomía.
- Aumentar la protección energética a través de limpiezas energéticas periódicas: a medida que se va profundizando en el conocimiento de las energías, nos damos cuenta de la cantidad de energías negativas que están activas en el día a día. Limpiarse diariamente de las impregnaciones densas, ayuda en gran medida a fortalecer la energía vital y a evitar que lleguen esas energías densas, que pretenden molestar, interferir y bajar la frecuencia vibracional de la persona.
- Salir de cualquier tipo de relación personal en la que haya algún tipo de manipulación sutil: para darse cuenta de en qué momento se nos está manipulando, hay que saber percibir cómo afecta la energía del entorno en nuestro cuerpo. Para ello, existe la llamada «señalética energética» que es la que nos puede aportar esta información. Algunas señales que nos dan pistas de que nos está entrando densidad son: tener sueño de forma repentina, pinchazos en la piel, sentir que el cuerpo se empieza a doblar hacia delante, tos, estornudos, bostezos, sensación de presión en alguna zona del cuerpo, etc. Toda esta información es muy valiosa, puesto que nos ayuda a descubrir la calidad de las energías de la persona con la que se está interactuando (también de la calidad de la energía propia, si vemos que la repercusión la tiene el otro). La clarividencia energética, también es otra capacidad parapsíquica importante, que permite percibir las cualidades energéticas de las personas con las que se está interactuando.
- Identificar en qué momento se está entrando en sumisión en relación a algo o a alguien: la señal más clara de que eso está ocurriendo, se va a percibir en las cervicales, la cabeza y la postura corporal. Lo más habitual es que se empiece a sentir tensión o dolor en las cervicales, presión o dolor de cabeza y un encorvamiento de la postura corporal en dirección hacia delante.
La postura del cuerpo físico, es un tema que se ha investigado en profundidad desde el campo de la Educación Física, la Fisioterapia y la Osteopatía. Sin embargo, el conocimiento del cuerpo energético, es el que da las respuestas más precisas si se quiere comprender la causa del colapso o encorvamiento postural, tan común en el ser humano. No todo es debido a la fuerza de la gravedad…